6.25.2008




Me arden los pies
paso tras paso,
bajo el sol que no me ilumina
cuando es de noche
y al alba me asfixia.
Me recuerdo caminando,
siempre caminando.
Pero no me canso,
siempre andando.
Soy tiempo.
Soy trayecto.
Soy sombra.
Soy nada.
Me arden los pies
paso tras paso.
Astro abrasador
que me hace sentir aún vivo
aunque parezca ya el infierno.
Mal rayo parta el camino
mi caminar, me subleve y corra
Estruendo al choque de trenes
vamos a descarrilar
de sus vagones los raíles
para hacer tormenta de este cielo
y así despertar.
Correrán ríos de lava
y luego el Big Bang
para volver a empezar.
Levantar la cabeza,
y dar marcha atrás.
Que ya no hay tiempo
no hay trayecto,
sin sombra
con nada.

6.17.2008



si pudiera olvidar su tacto de hielo,
el susurro silencioso de su voz
o sus escrutadores ojos destellear.
Si pudiera olvidar su olor,
el refugio cálido de su piel
o el latir intenso del galopar.
Si pudiera olvidar
que no fue real,
que desperté sola,
yo en mi cama
Y tú, en otras sábanas

6.11.2008


Me enseñaste el mundo
en el que hoy llueve,
camino a tu lado
y con ternura
me amparo en tu brazo.

6.06.2008

No conozco el amor,
pero ronda en cualquier lugar, en todas las pantallas, proporcionando una categoría de artificial amante, que los valora y diferencia, ornamentando sus vidas. Amor, amante, enamorado. Tan vulgares, tan ufanos, tan sumisos.
No entendía el amor,
pero sentí el abrazo del bosque, la lluvia grácil que nutre el alma y la caricia transportadora del viento. Abstraída del ruido árido de esta ciudad, escuchaba absorta el silencio. Pude entrever nuevas voces. Era solo la humilde y poderosa libertad aclamando: “amor, amante, enamorado, forma parte de mí”.
No conozco el amor,
pero he susurrado sinceros te quieros al mar, aullado libertad a la luna, cantado al sol y sonreído a las estrellas,
pero no he conocido el amor,
ni la armonía de los cuerpos, la melodía que los invita danzar al mismo compás, donde destellos de luz dejan entrever su esencia cristalina, desnuda y acorde con el fuerte latir de ese amor transparente e infinito, que recorre la llanura inmensa del cielo, dejando la estela de su pasión. Se incendian los sentidos que queman los miedos. Tú y tú, y calor, calor…
Después silencio,
y equilibrio…

No conozco el amor,
pero amor, en tí creo.